2013-02-06

Los establos de la corrupción

Dominio público         Público.es

 

Los establos de la corrupción

Joaquim Bosch
Magistrado y portavoz de Jueces para la Democracia

La falta de limpieza en la vida pública comienza a desprender un hedor incómodo. Tenemos centenares de cargos políticos imputados. Han empezado a dictarse sentencias condenatorias, algunas de ellas seguidas de indultos sin explicación alguna. Y la ciudadanía contempla con estupor cómo cada escándalo de corrupción acaba superando al anterior. ¿Se podría sanear tanta podredumbre? Tenemos como ejemplo mitológico el de uno de los trabajos de Hércules: la limpieza de los establos de Augías, cuyos excrementos habían alcanzado un nivel tan insoportable que hacían imposible que se pudiera cumplir el desafío en el plazo encomendado. Pero Hércules logró desviar el curso de dos ríos para que el agua arrastrase con fuerza la inmundicia de los establos y pudiera acabar con semejante suciedad.

En un Estado de Derecho las prácticas corruptas solo pueden ser combatidas desde el ámbito judicial. La corrupción supone una clara ruptura de las reglas del juego. Curiosamente, uno de los más prestigiosos filósofos del derecho, Ronald Dworkin, denominó Hércules a su modelo de juez ideal, que sería capaz de dar soluciones a todo tipo de conflictos jurídicos. Y, en un contexto distinto, lo cierto es que la labor de la judicatura a menudo es titánica para poder afrontar las investigaciones sobre los asuntos relacionados con la corrupción.

No resultan casuales estas dificultades judiciales, a pesar del principio de separación de poderes de nuestro Estado Constitucional. Las posibilidades reales de control de las prácticas corruptas resultan muy limitadas ante la asfixia en la que se encuentran nuestros juzgados por la insuficiencia de recursos. Y esta falta de asignación de medios procede precisamente de nuestros gobernantes, que no parecen sentirse incómodos ante un poder judicial débil y con capacidad mermada para afrontar estas situaciones. La gestión del ministro Gallardón está agravando aún más estas disfunciones, con recortes de gran envergadura (que están llevando al colapso a nuestra administración de justicia) y con reformas que pretenden limitar la independencia de los jueces, así como fortalecer el control político sobre el poder judicial.

Tampoco parece una casualidad que todo esto ocurra en el momento actual. Durante varias décadas existió cierto equilibrio en la distribución del poder y en las relaciones sociales. Pero ahora nos encontramos con un aumento constante de la desigualdad social. Y, al mismo tiempo, se está produciendo una concentración sin precedentes del poder en muy pocas manos, con una influencia poco disimulada de los intereses financieros sobre el ámbito político. Frente a los abusos previsibles de ese poder, hacen falta espacios de garantías, de contrapoder y de vigilancia institucional. Y para ello la sociedad necesita de un poder judicial eficaz. Los citados excesos son previsibles: como sabía Lord Acton, todo poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Necesitamos órganos judiciales que cuenten con los refuerzos pertinentes para  perseguir con eficacia los delitos vinculados a la corrupción. Necesitamos una reforma del tratamiento penal de estas cuestiones, porque no resulta admisible que el inmigrante que coloca el top manta para poder sobrevivir sea castigado con mayor severidad que el político corrupto que en determinados supuestos perjudica a toda la sociedad. Necesitamos medidas específicas y estructurales que vayan más allá de las declaraciones de intenciones, para que el cargo público que tenga la tentación de corromperse pueda estar seguro de que será perseguido y condenado.

Por otro lado, en el ámbito político no resulta aceptable alegar la presunción de inocencia, que resulta plenamente aplicable al proceso penal. Hay numerosas conductas que pueden no ser delictivas, pero representan una inmoralidad impropia de quienes ocupan cargos públicos. Ante la sociedad no resulta válido guardar silencio, eludir preguntas o excusarse con la presunción de inocencia. Para los cargos públicos representa un deber ineludible ofrecer a la ciudadanía todas las explicaciones requeridas, pues en caso contrario quedará seriamente dañada la credibilidad de nuestras instituciones.

No será fácil que se produzcan las mencionadas reformas estructurales, porque no es habitual renunciar a situaciones privilegiadas sin oponer resistencia. Para limpiar nuestros establos de Augías haría falta una fuerza hercúlea, capaz de arrastrar las aguas desde una amplia marea cívica de regeneración ética. La preocupación de la judicatura es notable, pero nuestra capacidad de actuación se encuentra limitada. Los magistrados necesitamos el apoyo de la ciudadanía. Además, los problemas de la Justicia son demasiado importantes para dejarlos solo en manos de los jueces. Y la corrupción es demasiado trascendente para dejarla bajo el control de los políticos.

2013-02-04

4 moralejas y una sonrisita...



Cuatro moralejas


1) CUANDO SU EMPLEADO SE ENFERME, DELE EL DIA LIBRE!

Kung Chang llamó a su jefe y le  dijo:

- 'Jefe, hoy yo no tlabajal, yo estal enfelmo. Duele  cabeza, duele panza, duele pielna, no voy tlabajo'..

El Jefe le responde:
- 'Kung Chang, realmente hoy te necesito en el trabajo.  Cuando me siento así de mal, le pido a mi esposa que tengamos sexo. Eso me hace sentir mucho mejor y puedo ir a trabajar. Deberías probar, te hará muy bien'.

Dos horas después, Kung Chang vuelve a llamar a su Jefe  y le dice:

- '¡Jefe, no sabel qué decil! Glacias pol consejo, ya  sentilme mucho mejol, enseguida yo il tlabajo. Felicito mucho, muy linda su casa, muy glande su cualto y muy buena su esposa'.

Moraleja administrativa:

La comunicación debe ser clara.  Sea explícito cuando hable con sus colaboradores.
 


2) RESPETAR LAS OPINIONES

Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de un  pariente, cuando ve a un chino poniendo un plato de arroz en la tumba vecina. El hombre se dirige al chino, y le  pregunta:

-  'Disculpe señor, pero ¿cree usted que de verdad el difunto comerá el arroz?

-  'Si', respondió el chino... 'Cuando el suyo venga a oler sus FLORES.'

Moraleja :

Respetar las opciones del otro,  es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas  son diferentes, actúan diferente y piensan diferente. No  juzgue........... Solamente COMPRENDA.


 
 3) NECESIDADES FISIO-LÓGICAS.

Dos amigas salieron solas, sin sus maridos. De regreso en la madrugada, agotadas por la borrachera, les dieron ganas de  hacer pis, pero
lo único que había cerca era un cementerio. Decidieron bajarse y hacerlo... La primera no encontró con que secarse, así que se limpió con
su ropa interior y la tiró. La segunda tampoco encontró con qué, así que agarró la cinta  de una corona de flores perteneciente a un último
funeral y se limpió con ella...

A la mañana siguiente los maridos se llaman y uno le dice al otro... ¡esto ya es el colmo!, estoy hasta los huevos de las salidas
de éstas dos. Ahora sí se terminó todo, imagínate..... llegar sin bragas a casa a las 4:00 de la mañana.

Y el otro le contesta: Tienes suerte, y no se de qué te quejas!!! Por lo menos la tuya llegó sin bragas. Mi mujer llegó con una cinta en el culo que decía:

'Nunca te olvidaremos. Con cariño: tus compañeros de  trabajo'.


Moraleja:

No saque conclusiones sin preguntar, pregunte, siempre, pregunte antes.

 

4) AMORes DE LEJOS...

Un soldado destinado en Irak recibe una carta de su novia desde Madrid. La carta decía lo siguiente:

Querido Alberto.

Ya no puedo continuar con esta relación. La distancia que nos separa es demasiado grande. Tengo que admitir que te he sido infiel dos veces desde que te fuiste y creo que ni tu ni yo nos merecemos esto, lo siento.

Por favor devuélveme la foto que te envié.

Con amor. Sofía.

El soldado, muy herido, le pidió a todos sus compañeros que le regalaran fotos de sus novias, hermanas, amigas, tías, primas, etc.
Junto con la foto de Sofía incluyó todas esas otras fotos que había recolectado de sus amigos.

Había 57 fotos en el sobre y una nota que decía:

Querida Sofía.

Perdóname, pero no puedo recordar quién coño eres. Por favor, busca tu foto en el paquete y me devuelves el resto.'

Moraleja:
 
Aún derrotado... hay que SABER JODER AL ENEMIGO